absolum - espacio de conocimiento para compartir
Arte Salud
Ecología Mística
Ciencia Antropología, historia...
Otros temas

ANTROPOLOGÍA E HISTORIA > EL LEGUAJE DE LOS CIELOS: EL ELENGOA

Antropología, Historia...
  Arte  
  Ciencia  
  Ecología  
  Salud  
  Mística  
Otros temas

Laberintos

Herejías y herejes de nuestro tiempo


 

El Lenguaje de los Cielos: El Elengoa

por Jose Luis Aleman Marti

Transcripción de la ponencia dada por Jose Luis Aleman Marti el 7 de octubre del 2006, en el II Congreso del Origen del Euzkera celebrado en la Sociedad de Ciencias Aranzadi de Donostia.

Hace 28 años tuve el vivo interés de descubrir el Lenguaje Original de nuestros antepasados. Mi objetivo estaba orientado en hacer renacer ese lenguaje primigenio que sería, a mi entender, bien acogido por todas las naciones y, por tanto, un firme candidato para convertirse en un vínculo internacional de comunicación, es decir un lenguaje universal.

Pensé que el Esperanto, del Dr. Zamenhof no había conseguido su cometido al haber tomado, preferentemente para la construcción del mismo, las raíces de palabras de los lenguajes europeos más comunes sin tomar en consideración otras de gran importancia pertenecientes al chino, el hindi, el árabe, el suahili o el japonés, hablados por un porcentaje muy importante de la Humanidad.

De todos modos, una lengua que intentase recoger como léxico palabras de centenares de lenguajes tampoco se amoldaría a un modelo homogéneo ya que hay lenguas que se construyen con evidentes diferencias a las otras sea en su construcción semántica, fonológica o gramatical. Era lógico pensar que la solución pasaba por volver a las raíces, es decir a la Lengua Madre hablada por la humanidad en el Neolítico.

Pero ¿qué lengua era esta? y, ¿qué es lo que nos queda de ella? Como otros muchos investigadores empecé a seguirle la pista a las palabras para descubrir términos que se repetían con determinación en numerosas familias lingüísticas. Ya entonces deduje que mi labor debía centrarse en lenguajes como el euzkera, el watán, o el maya, entre otros muchos, por ser considerados muy antiguos y que no han sufrido un deterioro demasiado grande en sus términos raíces.

Con el paso de los años pude llegar a algunas conclusiones con respecto a este protolenguaje.

  1. La primera conclusión es que era del todo imposible, a no ser que poseamos una máquina del tiempo, reconstruir este lenguaje original.
  2. La segunda es que, en el desciframiento de los jeroglíficos y alfabetos antiguos había algo que no acababa de cuadrar y…
  3. la tercera conclusión es que el lenguaje original estaba fundamentado en la energía que se pone en movimiento con la vibración sonora y era sintético en su morfología y gramática.

En 1980 tuve preparado un primer esbozo de lo que razoné debía ser aquel lenguaje primordial. Me di cuenta de que la base que conformaba el espacio y el tiempo de los términos lo configuraban las cinco vocales básicas y que las diferentes calificaciones y utilidades de las manifestaciones creadas se expresaban con las consonantes.

Siguiendo el principio de síntesis antes expuesto, hice parejas silábicas de vocal-consonante y consonante-vocal y después asigné significados a cada pareja de los que ya tenía como bastante seguros de mis indagaciones en numerosas raíces lingüísticas. Así deduje que se producían algunas coincidencias en significado que indicaban una pauta.

Por ejemplo, la vocal A indicaba algo sustancial, manifiesto. La M era una fuerza creativa, femenina, pasiva y material, que en su forma primordial representaba la Creación Entera. La O era la Totalidad, algo que reunía un TODO, también estaba unida a la idea de orificio, entrada y también el concepto de tiempo. La T con algo construido con las manos, denota un sitio, un lugar donde se efectúa una acción o se almacenan cosas. Pero, por aquel entonces todavía existían numerosas lagunas en aquel esbozo que había ideado con respecto al protolenguaje. Aún así, hice un intento de rellenar de significado todas las parejas de consonantes-vocales y sus formas inversas de vocales-consonantes para crear nuevas palabras.

Me di cuenta de que las formas vocal-consonante, al unirse con una pareja consonante-vocal eran difíciles de diferenciar por lo que el sistema se hizo más complejo al añadir vocales intermediarias entre esas combinaciones. Así, por ejemplo, AD y TI al unirse sonaban ATTI con lo que la D se convertía - de hecho - en una T. Pero añadiendo una vocal como unión entre ambas teníamos ADITI o ADATI, ADUTI, ADETI o ADOTI.

Encontré radicales de significado de este tipo en varias lenguas aunque el sistema parecía encajar bastante bien en el euzkera. Formas como ADI, EGI, AGI, EGO, AGO, EDU, ABE, IBI, EDU, EKI, IKU, ITU, ETE, ERA, IRI, ORO, OSO, IZA, ARA, etc. se ajustaban perfectamente al sistema que idee. Sin embargo, la labor investigadora quedó paralizada durante años debido a que me faltaban numerosos eslabones perdidos. Doce años después pude retomar con gran alegría y renovado vigor esta labor al encontrar numerosas claves que me llevarían a recomponer buena parte de este lenguaje primigenio: el Elengoa.

El término Elengoa lo vi escrito por primera vez en un grueso libro titulado LOS BERE, cuyo autor firmaba con el nombre de Alexandre Eleazar. La traducción de éste término, según su propia interpretación, era: “El Lenguaje de los Cielos”, aunque también caben otras posibilidades de interpretación como “el lenguaje elevado” y “el lenguaje divino”. Es fácil descubrir la relación de esta palabra con la latina lingua y con todas las que dicen derivan de esta: lengua, llengua, lenguaje, language, etc.…

Confieso que en aquel entonces, hace ahora veinte años, no hice demasiado caso a aquel libro, que me pareció una obra fuera de toda clasificación y fantástica en cuanto a sus afirmaciones. Aun así la leí entera más por entretenimiento y mera curiosidad novelesco-literaria y descubrí algunas cuestiones lingüísticas expuestas en ella que parecían cuadrar con las investigaciones que llevé a cabo años antes.

Pero no será hasta 1992 que comencé a tomarme aquella obra con cierta seriedad al descubrir que algunas afirmaciones hechas en la misma cuadraban con antiguos descubrimientos arqueológicos efectuados en la ciudad de Tarragona. Eleazar, en su obra LOS BERE, afirmaba que hace unos cinco mil años atrás hubo una importante colonia egipcia en la península ibérica que creó un principado con capital en la actual ciudad de Tortosa llamada en su fundación Tarteose. Y, efectivamente, en Tarragona, según pude descubrir no sin cierta dificultad, existen numerosos vestigios de estilo egipcio. Recuerdo muy bien mi excitación ante todos aquellos hallazgos y como decidí releer aquella obra de nuevo y descubrir la veracidad de parte de lo que en ella se exponía.

Entré en contacto con el autor, A. Eleazar en ese mismo año de 1992 y durante casi diez años intercambiamos numerosa correspondencia, llamadas telefónicas e tuvimos cerca de una treintena de reuniones personales. Lo más interesante para mí, en todo este periodo, fueron las traducciones de la escritura ibérica y los numerosos apuntes tomados con respecto a la lengua de nuestros ancestros que descubrí era un lenguaje sintético y filosófico tal y como puede deducirse del modo que tiene de construir nuevas palabras.

El investigador A. Eleazar me tomó como su alumno avanzado y me informó de numerosos detalles al respecto de las antiguas escrituras aunque fue reservado con los secretos más esenciales de sus fuentes de información y en especial de revelar ciertas claves referentes a la escritura cuneiforme que él consideraba como mal traducida por los especialistas de la misma. Así que, desde un principio, tuve que hacer un esfuerzo extraordinario para poder desentrañar los misterios que se ocultaban tras los textos ibéricos y otros. En esencia, y según Eleazar, los especialistas en descifrar el contenido de los antiguos textos, sean jeroglíficos, ibéricos, etruscos, griegos antiguos, cretenses o cuneiformes, entre otros, se equivocan en sus interpretaciones al desconocer totalmente el lenguaje en el que fueron escritos, que el afirmaba era el ELENGOA o dialectos derivados del Elengoa como el Kapto, el Pali, el Argones o Argot, Bezuntzi, o Ban, denominaciones que él mismo ideó para los diferentes dialectos de la Lengua de los Cielos.

Conociendo Eleazar los fundamentos de este lenguaje primigenio y su evolución a través del paso del tiempo, se puso en la titánica labor de traducir numerosos textos ibéricos reputados de indescifrables y, al parecer, tuvo éxito en su cometido. Un éxito que le fue posible gracias a tener acceso a documentos de inestimable antigüedad escritos en lengua árabe y siríaca que le explicaron con gran detalle episodios antiguos de la historia de la Humanidad con relatos de las epopeyas más importantes de personajes famosos y de pueblos, Naciones, Reinos e Imperios del Pasado.

Sin esta información previa le hubiera sido imposible dar con la clave que le abrió las puertas a los secretos de nuestra historia pasada revelados a través del desciframiento de los textos ibéricos, griegos, etruscos y cretenses primero para proseguir después con los jeroglíficos egipcios y la escritura cuneiforme. Todos estos textos, como he avanzado antes, están escritos en Elengoa y en sus diferentes dialectos que, en aquel entonces aún se diferenciaban poco del lenguaje madre.

El fundamento del Elengoa, eran los cinco sonidos vocálicos: i, e, a, o, u. Estas son las vocales básicas que constituyen las armónicas fonológicas en su afinación óptima, pero es evidente que - a partir de estas -, surgen una infinita variedad de entonaciones y diferencias sonoras que podemos sentir en los miles de lenguajes y dialectos que existen hoy día en el mundo. La u francesa o alemana son ejemplos muy conocidos a estos sonidos derivados, así como las entonaciones vocálicas del mandarín, pero la síntesis vocálica se reduce a las cinco vocales, de las cuales la e y la u se convierten en semitonos derivados de la a y la o.

Los sonidos vocálicos daban explicación a las primeras sensaciones vitales que tuvieron nuestros antepasados. Una de estas primeras sensaciones fue el movimiento y la capacidad de pensar que relacionaron con la I larga y constante. Al hacer vibrar en sus pulmones este sonido de forma continúa mientras espiraban lentamente el aire de los pulmones tuvieron la sensación de esa movilidad, como si se precipitaran a través de un túnel en un movimiento que fluctuaba como un tobogán según bajara la intensidad del sonido. Vieron que la i movilizaba a las cosas y representaba a los pensamientos.

Al hacer resonar la A observaron que se cristalizaba la energía, siendo la octava superior de la respiración y denotando fuerza y determinación en lo que manifestaba. La A era, por tanto, la manifestación de los seres y de las cosas desde su fundamento energético y vital. Su semitono derivado: la E es la creación ya manifiesta, física, no energética pero si vital y nerviosa. Simbolizaba las formas de las cosas y se usaba a menudo para denotar la pluralidad de estas mismas. El sonido O resonaba en la parte central de todo y desde allí inundaba la totalidad de una bien definida sensación de profundidad insondable, daba la imagen de un orificio, un desagüe sin fondo en el cual giraba la energía en espiral. La U también sonaba con la profundidad de la O pero hundiendo sus raíces hacia abajo.

Con una sencillez difícil de comprender por nuestros complejos pensamientos y conocimientos contemporáneos, nuestros antepasados juntaban y conjugaban las vocales creando amplios significados de gran riqueza interpretativa. Así decían OIA (poniendo énfasis en la A) queriendo expresar que desde el TODO uno viene hacía la manifestación para hacerse visible y patente, y AIO (con énfasis en la O) para comunicar que, de lo manifestado y patente retornaban al TODO abstracto e inmanifiesto. Este es el origen primero de nuestras palabras castellanas HOLA y ADIOS.

Luego, estas vocales se interrelacionarían con las consonantes, las cuales se dividían en cuatro grupos que podemos catalogarlos en consonantes fuertes, débiles, derivadas y sostenidas. Si recordamos el principio de síntesis del elengoa el número de consonantes se reduce a dieciséis: las fuertes: K, P, T las suaves: B, D, G, L las derivadas: TS, TX, TZ y la sostenidas: M, N, R, S, Z y X. Por supuesto, los sonidos consonánticos de los que puede hacer alarde nuestro sistema fónico es muchísimo más elevado. Este esquema consonántico conforma la escala de armónicos consonánticos dentro de los cuales pueden desarrollarse numerosas variantes cromáticas. El sistema consonántico, en su síntesis absoluta se reducía a siete: P, T, K, N, M, R, y S.

Alexandre Eleazar da una serie de claves en sus estudios con respecto a este Lenguaje Perdido que nos son de gran ayuda para comprender y descifrar como se crearon numerosos términos que hoy son utilizados en diversas lenguas de la Tierra. Algunos de estos términos son BE, BER, BERE, BELE, PA, PAN, PARE, PABELE, PABERE, BELPA, RA, ARA, BAN, DA, TU, DU, GO, GUE, IO, ITU, BURUGA, GA, GER, GEN, TOL, TUM, KAI, OL, KU, KUR, KULE, KURE, KAR, TAR, TER, SE, SA, IS, IZ, LE, ELE, TURU. Conociendo el significado de estos términos y los personajes, pueblos y razas que representaban es posible traducir sin gran dificultad muchas palabras utilizadas en la actualidad.

Por ejemplo, la palabra discurso, proviene de DEI KURE SE que significa: es proclama o llamada de los Kure. Un Kure o Kuri era un “hacedor de tumbas”, siendo KU el término usado a menudo para referirse a una cueva o agujero donde se enterraba a los muertos. Hoy en castellano tenemos la palabra cura que deriva de esta. Los curas serían, efectivamente, la versión moderna de aquellos antiguos “entierra muertos”, los cuales también se dedicaban a impartir otros “sacramentos” y a hablar de los dioses y de los misterios de la vida y de la muerte.

El “indiscutible” origen latino no se corresponde con el significado que actualmente se le da a este término, ya que según podemos leer en cualquier diccionario de latín discurso derivaría de discurro y significaría: ir y venir, correr de una parte a otra o acudir (a las murallas). Es cien veces más claro en su significado el deducido en elengoa en su modismo argot, ya que todo el mundo entiende por discurso las palabras dichas por algún orador que previamente ha llamado a congregarse en torno suyo a un nutrido auditorio. En la antigüedad estos oradores eran con toda seguridad los Kure, Kuri o Kules que gustaban de hablar mucho y de hacer poco, algo que nuestros políticos parecen haber aprendido muy bien.

BE, BER, BERE y BELE provienen de una misma fuente y se refieren a un personaje de Gran Fama y de extraordinaria humanidad y también, de su subsiguiente descendencia, la cual formó todo un grupo étnico y humano que se extendió por buena parte de la Tierra. Este famoso personaje puede ser considerado el Adán de los Hombres y a sus descendientes como los Ber o Bele, gentes de raza blanca. Todo Occidente está repleto de ciudades, pueblos, ríos, cadenas montañosas, lugares, naciones y pueblos que tienen en su denominación los vocablos Ber, Bele,Bere o Be. Así tenemos BERETANIE, BELGIE, BERLIN, BERGA, BERGEN, SERBERE, BEIZKAIU, ARABE, IBERIA, EBERU, BERAGA, BERANDENBURUGA, BERZUBIE, BERNE, BEZANTZIE, BERIK, BELEDA, BETIS, KOIEMBERE, BERNESGA, BERGOIANSK, GUELBE, EGIBERALTAR, AREMBER, GODABERI, CORDUBE, BEREBER, BERBERE, GINEBRE, TABERIZ, BEREST, SIBERIA, KANTABERIK, SERBE, BEREMEN, AMBERES, BREDA, LUBELIN, BELGRADO, y cientos de otros ejemplos más.

Se asombrarían cuantos lugares geográficos y palabras derivan de estas raíces. Lo que se deja claro es que BE no significaba suelo o parte inferior, significado que se reservaba para una palabra bien parecida en su sonido que era PE, de ella derivaría pede, pié, perna, o penetrar de pe + in + e + ter + ar cuyo significado original es introducirse bajo tierra.

PA, PARE, PAR, PAN, PALE y PAI conforman otro conjunto de términos cuyo significado, una vez conocido nos informa sobre otro grupo étnico, Su Dios Creador y sus dirigentes. Según nos expone Eleazar en su obra LOS BERE los hijos de PA son los representantes de la raza amarilla en sus diferentes variedades.PARIS, PALENTSIE, PARTIA, PARANTZIE, PALAS, PAN, PAUNIE, PAIUTE, PALMIRA, PALESTINE, PANITZIE, PANIS, PARAMO, ESTEPA, PALMA, PANTA, PANION, PAREPENIAN, PANPALONA, PATUM, PAU, AURIPA, PAGANO, PANGEA, EUROPA, PAIKTOS, etc…. La cantidad de términos geográficos es igualmente grande en este grupo, especialmente en Asía y América que es donde ha habido una fuerte presencia de la raza amarilla, aunque EUROPA no se queda a la zaga.

Otros términos son fundamentales como TOL que servía para denominar a una ciudad de cierta importancia. Siendo que la T hacía referencia – entre otras cosas - a cualquier tipo de construcción levantada por el hombre y que se erguía hacía el cielo y OL que se aplicaba a un sitio donde se produce, se fabrica o se crea. De este modo TOL significaba: “lugar donde se fabrican construcciones que se erguían hacia el cielo”. KAP es un término usado en dialecto argot que significaba lo mismo que BURU. KAPITOL significaba por tanto: ciudad capital. TOLOSA o TOLBERE (hoy Talavera) son dos ejemplos del uso de este término por no nombrar otros como TOLIMAK, TOLUKA, BRISTOL, EMPORITOL. La variante en dialecto Pali de esta palabra era TUM, que ha evolucionado en TON en numerosas poblaciones actuales. Jartum y Tombuctú son dos viejos ejemplos de ello. OL también significó “viejo” o “ancestro” como expresando la idea de aquello que en el pasado ya remoto produjo algo. La palabra inglesa OLD es una reminiscencia de la palabra OLDA u OLDE “es viejo o ancestral”.

GUE es frontera. De este término casi sin dudarlo deriva el semítico de wadi que es río. La palabra castellana GUERRA significa: “hacer frontera” y pueden ustedes imaginar para que se hacen las guerras casi siempre. Incluso la inglesa WAR también deriva de este antiguo término. El sonido L tiene un significado que se relaciona directamente con la tierra y muchos de sus frutos. LE es tierra o más correctamente “la tierra”, como lo es LUR también. LAN es “la labor que se hace en la tierra” y que en el pasado se aplicaba genéricamente al término “trabajar”, por ser la labor que casi todo el mundo hacía para procurarse el sustento diario. LANDA significa: “es tierra de trabajo” y este es el término del que derivan las terminaciones Land, Landa o Landie que reciben muchas regiones y países.

Los trabajos de investigación con respecto a este antiguo lenguaje llevados a cabo por Eleazar nos han dado las claves para poder rememorar nuestro bagaje histórico y la ciencia excelsa de nuestros antepasados. Por lo que a mis viejas aspiraciones se refiere con respecto a la búsqueda del Lenguaje Madre puedo asegurar que me han puesto sobre la pista que me ha llevado a desvelar muchos de los misterios del pasado y es posible que en breve pueda hacerse público el primer intento para renacer el elengoa. Una labor en la que estoy empeñado desde hace años.

No existe modo de agradecer lo suficiente al valiente pueblo euzkaldun el haber preservado más o menos intacto “El Lenguaje de los Cielos”. Sin ese tesoro lingüístico habría sido casi imposible descifrar numerosos textos del pasado y reconstruir de este modo buena parte de la historia de la Humanidad.

Para nosotros es lastimoso lo que se está haciendo con el euzkera al quererlo normalizar y convertirlo en una lengua “moderna”. Es significativo que es más práctico para mis trabajos de investigación utilizar diccionarios de los años 70 como el “IKAS” de Jose Antonio de Montiano y José Ramón de Urquijo o el más antiguo y conocido Diccionario Retana de la Lengua Vasca que el Elhuyar, en el cual puedo observar como ya no se enumeran numerosas palabras antiguas y de diversos dialectos.

Si lo que afirma Eleazar es cierto, nuestros antepasados nos sobrepasaban con creces en nivel tecnológico y científico y – sin embargo – su lengua siguió siendo sencilla para no alterar sus raíces y su pureza léxica. No necesitaron tomar préstamos lingüísticos para dar nombre a aparatos tan complejos como lo podría ser una máquina del tiempo, la cual llamaron Bialduotek. Como he dicho antes, el elengoa era una lengua filosófica y sintética. Hablando elengoa no valen los dobles juegos de palabras ni las rebuscadas metáforas del engaño pues cada palabra significa exactamente lo que el conjunto de sus sonidos expresan a un nivel incluso espiritual.

Como he avanzado antes, estoy trabajando en reconstruir el Elengoa tal y como pudo ser hace unos 8 o 9 mil años. Según profundizo en la investigación me doy cuenta de que este lenguaje reduce sus raíces morfológicas a unas 350 o 400 lo que demuestra su carácter sintético. También su gramática es muy sencilla y aparentemente pobre en matices de significado. Pero, esa aparente pobreza solo lo es a un nivel superficial de análisis ya que en cuanto empezamos a analizar las palabras y su morfología a un nivel de significado sonoro descubrimos que existe toda una inmensa riqueza de información en las mismas.

Además, conociendo los artificios que configuran la creación de significados a través de esos sonidos primigenios es posible crear miles de nuevas palabras según las necesidades del momento y de la sociedad siendo posible reconocer en cada uno de ellos a que cosa, ser, pensamiento o cualidad nos estamos refiriendo. Para mi, esta es la grandeza de este lenguaje que es filosófico y fundamenta su creación en la acción que experimenta la vibración sobre lo material y lo inmaterial. Esa grandeza es lo que lo convierte en ideal como Lenguaje Universal y puede ser presentado ante el mundo como la solución al viejo problema de la comprensión de las naciones y de los pueblos que conforman la humanidad.

 

 

 
 
2005-2023   ©opyleft   -   www.absolum.org   -   absolum.org[en]gmail.comSOBRE ESTA WEB