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ANTROPOLOGÍA E HISTORIA > RUTAS DEL SAHARA

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1 Frecuentemente se supone que el Sahara, -ese enorme desierto que atraviesa Africa de este a oeste-, siempre existió y que siempre fue una frontera natural entre los pueblos del litoral mediterráneo y los de las praderas y selvas tropicales. Estas suposiciones son incorrectas y sólo reflejan la influencia del eurocentrismo en nuestra cultura. Así fue como los europeos percibieron el mundo africano, y no como éste era en la realidad.

2 Hace siete mil años, el desierto de Tassili estaba cubierto de cipreses; la árida región de Ahaggar era una vasta pradera donde vivían jirafas y avestruces; y el desierto de Ténéré -cuna de las regiones más áridas del Sahara- era un enorme lago de cuya fauna vivían numerosos pueblos de pescadores y cuyo último vestigio es el actual lago Chad.

3 La progresiva desecación del área sahariana a lo largo de los siglos provocó incontables migraciones de pueblos, hacia el litoral marítimo o hacia las praderas verdes del sur. En la región del Sahel, -estepa de transición entre el desierto y las praderas- hay también un área de transición en el plano humano: allí se entremezclaron pueblos pastores, agricultores y pescadores; pueblos de distinto origen étnico, oriundos del Nilo o del litoral atlántico, de las selvas tropicales o de las playas libias.

4 El gran desierto nunca fue un obstáculo infranqueable entre esta región y las orillas del Mediterráneo: ya en el siglo V a.C., el historiador griego Heródoto escribió acerca de las rutas que se adentraban en el Sahara, a través de las cuales los "garamantes" (bereberes) comerciaban con los "etíopes". Para ello se utilizaban las llamadas "rutas de los carros" en razón de que su curso está jalonado de pinturas rupestres y relieves de carros de cuatro ruedas. Desde la antigÆedad grecoÐromana, y antes aún, se marchaba hacia el sur en busca de oro y esclavos, que se cambiaban por sal y artículos manufacturados. Durante siglos esas rutas fueron continuamente utilizadas en los dos sentidos.

5 La ruta occidental, partiendo de Sidjilmasa -centro productor de sal en Marruecos- permitía llegar a la capital del imperio de Ghana en dos meses y medio. El volumen de intercambio puede ser imaginado a partir de un testimonio bastante reciente: en 1913, la caravana de la sal que dos veces al año cubría la ruta de Bilma al Chad contaba con 25.000 camellos cargados.

6 En la medida en que la región está poblada por grupos de pastores nómadas, frecuentemente belicosos -bereber, tuareg, fulani, tibú y nilóticos - una condición esencial para el desarrollo del comercio era la existencia de estados organizados que pudiesen garantizar un mínimo de seguridad en el área de intercambios. Así, a lo ancho del Sahel se sucedieron una serie de estados y algunos imperios que hicieron posible un comercio próspero. Se destacan en especial, el estado de Ghana-Uagadú (ver Mauritania); el imperio Almoravide (ver Marruecos); el Imperio de Malí (ver Malí); el imperio Songhai (ver Guinea); los estados Haussa (ver Nigeria); Kanem-Bornu (ver Chad) y los estados Fulani (ver Senegal). Con los conocimientos actuales, no es posible establecer una relación directa entre esos estados y las primeras civilizaciones subsaharianas conocidas, tales como la de Nok, que floreció en la actual Nigeria entre los siglos X a.C y V d.C y elaboró e irradió técnicas metalúrgicas que influyeron sobre toda Africa.

7 Guerras, conquistas e incluso cambios climáticos influyeron para que las rutas más utilizadas en una época cayesen en desuso en otras, haciendo que se modificasen los centros comerciales y, por lo tanto, los centros de poder que hacían posible el intercambio. Pero éste era de tanta importancia para ambos lados -el mundo mediterráneo no podía vivir sin el oro sudanés del mismo modo que las poblaciones de las praderas y la selva no podían pasar sin la sal producida en al norte del Sahara- que podemos aceptar como una necesidad histórica la existencia de sucesivos estados en la región.

 

 
 
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