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SALUD > SILICIO, EL GRAN ELEMENTO SILENCIADO

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Herejías y herejes de nuestro tiempo


 


Silicio, el gran elemento silenciado

por Alberto Borrás Gabarró de La ciencia prohibida de Artur Sala

Las personas que me conocen saben de mi gran sentido crítico, tan crítico, que por poner en duda, pongo hasta el segundo principio (que no ley) de la termodinámica. No soy persona que regale gratuitamente elogios, pero en el año aproximado que hace que le conozco, se puede decir que el excelso decano de la investigación en ciencia alternativa, Don Alberto Borrás Gabarró, se ha convertido en una de las personas más importantes con quien he tenido el gusto de cruzarme, por su inteligencia, su lucidez, su atrevimiento en cuestionar los dogmas, su afán por experimentar, y su entrañable e innegable bondad humana. Y esta gran admiración, es compartida por todos los que acuden a conocerle, como Teresa Versyp, una física cuántica autora de varios libros, cuyas ideas y sobretodo frescura en la exposición de las mismas, las considero si más no, muy interesantes.

Las más de 500 lecturas al mes que este blog tiene al mes del artículo sobre el hidrógeno que firmó Don Alberto, un artículo clave para entender el futuro energético que se nos viene pasando por encima de la censura oficialista, peakoil y demás, hoy publico este otro relacionado con la salud, y que me ha ayudado mucho a entender ese elemento tan complejo como es el silicio, la controversia con Loic le Ribault y el Silicio Orgánico G5, las teorías de la conspiración que saltaron a partir de las extrañas muertes de Ribault, Graille y Duffaut, y la fascinación que sentía el genio de Rudolf Steiner por este elemento, sobretodo en el preparado biodinámico 501 basado en la cola de caballo.

Nota actualización 26/08/2013; Es consulten también que miren estos artículos en español sobre Silcio, Transmutaciones biológicas y otros temas.

Particularmente interesante es su referencia a la rechazada patente E8800231 sobre la fermentación con leche del salvado de avena. Sobre el origen de este curioso método de obtención de una forma de silicio orgánico y sus sorprendentes supuestas propiedades en la regeneración de los huesos, prefiero no hablar, pero si alguien tiene dudas o consultas al respecto, puede abrirme un correo privado y exponeniéndomelas y veré si puedo suministrar cierta información extra. Este secretismo no tiene nada de particular creédme, estoy en fase de experimentación de las supuestas propiedades beneficiosas del complemento, los resultados de los cuales, serán expuestos en este blog a su debido tiempo. Lo que si diré, es que es algo exclusivo y que se presenta en este blog en primicia. Si este artículo consigue de manera indirecta, exponer el megafraude que suponen los supuestos suplementos de calcio que la multinacional Danone atiborra de publicidad bajo los nombres de “Densia”, y por otros motivos, los “Actimel”, los “Activia”, bienvenida será esta información para el lector concienzado. En todo caso, manifestar con rotundidad que todos los estudios independientes serios alertan y concluyen del hecho de que detrás de todos las causas y de todos los problemas de descalcificación del cuerpo, se encuentran en unas dietas extremadamente ricas en lácteos y por tanto en excesos de calcio y NO ASIMILABLE por el cuerpo, concepto clave y particularmente importante cuando se trata del caso del silicio, el gran elemento olvidado y silenciado. Veremos como el silicio juega un papel importante en los procesos de calcificación, al abordar el espinoso tema ya tratado en este blog sobre las transmutaciones a baja energía.

Sólo la enorme presión de estas multinacionales, ha enterrado esta gran realidad con el silencio cómplice de la ciencia, sobre el doble hecho completamente antinatural que supone el consumo de leche de otro animal en edad adulta, y solo practicado por el ser humano. Irónico es decir, que Borrás Gabarró ya nos advertía en su libro “Como comer y beber la leche”… en los años 60!!!, de los peligros de la ingestión de leche. Aunque pesimistamente hablando parezca lo contrario, la verdad actúa a favor del tiempo, incluso ante esta gran locura llamada modernidad y progreso, y sus subproductos occidentales como la leche uperizada.

Certificar al lector, que Gabarró es un hombre de acción y un gran experimentador. Todo lo que dice, lo ha comprobado experimentalmente.

Finalmente, Borrás Gabarró hace una pincelada final a la curiosa supuesta conexión con la conciencia que tienen los elementos tetravalentes como el silicio y el carbono estudiada en la obra de Rudolf Steiner, un tema que sin duda, se escapa por su importancia a esta entrada. Decir si, que siempre me ha parecido curiosa la coincidencia entre la proporción de tetravalentes carbono (20%) y silicio (0,03%) en la materia viva orgánica versus en la materia inorgánica (silicio 28%, carbono 0,05%). Lo dejo como una “casualidad” más de la vida, ante futuras pruebas que en un futuro espero, certifiquen que una vez más la casualidad no es tal.

En lo sucesivo y en cursiva, son notas mías. Dejemos que hablen los genios.
Silicio, en el silencio. Alberto Borrás Gabarró. Enero 2010.

El silicio es después del oxígeno, el elemento más abundante de la corteza terrestre, en la que se encuentra en casi el 28 %, cifra que casualmente coincide con su peso atómico. En forma muy pura es el corazón de trillones de componentes electrónicos, de ahí salió el nombre Silicon Valley, y sus sales y compuestos, desde el vidrio, a las siliconas tienen innumerables aplicaciones. Poco se ha divulgado sobre su papel fisiológico. Parece que no interesa destacarlo.

LOÏC LE RIBAULT Y EL SILICIO ORGÁNICO.

En Octubre de 1995, el periodista Jean Michel Graille, en el popular semanario Sud-Ouest Dimanche, publicó un artículo de 5 páginas sobre las investigaciones del Dr. Loïc Le Ribault, con un compuesto de silicio asimilable. Antes, escéptico y creyendo que se trataba de un fraude, se había asesorado durante 4 meses, consultando historiales y con entrevistas a pacientes y médicos que habían recetado este producto, acabando convencido que tenía una acción curativa real en artrosis y similares cuadros patológicos dolorosos, en donde es fácil y relativamente rápido de comprobar. Tres años antes, Graille había publicado un libro: Dossier Priore; une nouvelle affaire Pasteur? sobre un revolucionario tratamiento del cáncer con un aparato que irradiaba ondas específicas (pronto voy a hablar sobre Georges Lakhovsky y más adelante quizás sobre Antoine Prioré de quien dejo este interesante enlace. Quizás por que de la supuesta máquina que curaba del cáncer de Prioré, no sabemos más que rumores y que funcionaba con enormes y rarísimas válvulas de vacío). En su inicio había sido patrocinado por Francia, pero después de informes de oncólogos de EEUU, fue declarado inoperante, lo que dio lugar una viva polémica en los medios de información.

En los años 1970 a 1980, Le Ribault era un prestigioso químico y geólogo forense, que se había especializado en arena, y con solo unos granos, era capaz de dictaminar su procedencia de cualquier parte del mundo mediante una nueva técnica de microscopía electrónica que él mismo había inventado. Trabajaba para la policía francesa y de otros países y hasta el F.B.I lo tenía como asesor. Era un personaje popular, y mimado por la prensa, pues su experiencia forense había aclarado algunos casos dificiles, y también daba charlas de divulgación en la Televisión. Descubrió que los granos de ciertas arenas silíceas, debido a la actividad de ciertas bacterias, estaban rodeados de una capa de silicio soluble, y casualmente, manipulando estas arenas con las manos, comprobó la curación de una persistente psoriasis que padecía. Después de diversos ensayos y con una información más amplia, publicó una serie de trabajos sobre las propiedades curativas de este silicio soluble de la arena, a través de la Academia de Ciencias, que fueron muy bien aceptados por la comunidad científica.

El proceso de extracción de este compuesto de silicio soluble a partir de arenas, debía ser muy laborioso, por lo que en 1982, convencido del potencial de este elemento, entró en contacto con el catedrático de química orgánica de la Universidad de Burdeos Norbert Duffaut, que en 1957, había sintetizado una nueva molécula de silicio orgánico, el monometilsilanotriol CH3 Si (OH)3. A pesar de este nombre se trata de un compuesto muy simple, metano ligado a ácido silícico, que Duffaut había comprobado que era asimilable y sin toxicidad en animales. Duffaut, mucho antes que de Le Ribault, a través de médicos que lo recetaban y que proporcionaba gratuitamente, había tratado a muchos pacientes. Un importante cirujano cardiovascular, el Dr Rager recibió el premio Levy Bricker, de la Academia Francesa de Medicina, por su publicación sobre la rápida recuperación postoperatoria de pacientes, con este silicio. Duffaut había ofrecido repetida y desinteresadamente sus derechos al Gobierno Francés, y nunca recibió respuesta. Le Ribault y Duffaut colaboraron estrechamente y en 1985 registraron una patente internacional de moléculas derivadas del primitivo monometilsilanotriol, que ofrecieron reiteradamente al Gobierno, como coadyuvante al tratamiento de enfermedades relacionadas con el SIDA, sin recibir respuesta. En Noviembre de 1993, Duffaut apareció muerto en su cama, envenenado con cianuro. La policía dictaminó suicidio, pero un experimentado químico como Duffaut, con otros muchos venenos a su disposición, no escogería el cianuro que es extremadamente doloroso. Entretanto Le Ribault había tratado, sin ser incordiado excesivamente, a centenares de enfermos con el preparado de silicio que llamó de quinta generación, G-5, que se distribuía como complemento alimentario.

El conflicto estalló cuando se publicó el artículo de Graille, en el que además de informar acerca de las excepcionales propiedades curativas del silicio, se quejaba de la ceguera de los organismos sanitarios franceses que se empeñaban en ignorarlo. Miles de llamadas colapsaron los teléfonos de Le Ribault, que tuvo que procurarse un local con más operadores, amigos y médicos que lo habían recetado, para atender a las llamadas, y Sud-Ouest Dimanche, hubo que habilitar ocho operadores para ello. Otros periódicos iniciaron una campaña en contra y Le Ribault acabó acusado y demandado por organismos médicos y farmacéuticos. Al principio Le Ribault, ingenuamente se alegró, ya que así, al menos se iniciarían unos ensayos oficiales que comprobarían la veracidad de sus propiedades curativas, pero nada se hizo. Tanto él, como sus colaboradores, recibieron amenazas y finalmente fue detenido. Su más importante defensor, Jean Michel Graille murió repentinamente a los 50 años de edad, mientras descansaba en su jardín en Abril de 1996.

Le Ribault empezó una odisea digna de un thriller, detenciones, libertades provisionales, huidas facilitadas por policías amigos, estancias en Antigua, en la isla de Jersey, y finalmente en Suiza, de donde fue extraditado a Francia. (Es insólito que Suiza acceda a una extradición por este tipo de delito, pero este país es sede de importantes multinacionales farmacéuticas). Juzgado en Francia, finalmente quedó libre de cargos de atentar contra la salud pública, y quedó libre, pero sin autorización para vender el G 5. Deprimido y solo, murió en Junio del 2007, de un cáncer del que se negó a tratar. (De hecho es más grave todavía, ya que la historia habla de que se le obligó a exiliar-se a Irlanda, en una larga historia que por la que tampoco ahora conviene profundizar)

Es obvio que las multinacionales farmacéuticas que habían invertido millones en la síntesis, ensayos y comercialización de antiinflamatatios no esteroideos muy eficaces (aunque con molestos efectos secundarios gástrico) no les hiciera ninguna gracia la divulgación de Graille, sobre la eficacia y competencia de un preparado de silicio barato y fácil de obtener, y movieran todas sus influencias para desacreditarlo y anularlo. Los medios conspiranoicos han cargado tintas para mostrar a Le Ribault como un perseguido mártir de la ciencia. Aunque es cierto que el silicio de quinta generación G-5,, tiene las propiedades terapéuticas que se destacan y no es tóxico, su comercialización se basaba en una falsedad. El monometilsilanotriol y sus derivados, son moléculas que no se hallan en la Naturaleza, y no pueden ser consideradas como complementos alimentarios. Se trata de una molécula sintética con un enlace directo silicio-carbono, cuando en la Naturaleza el silicio se combina siempre con otros elementos a través del oxígeno. Ello no impide que sea eficaz y carente de toxicidad. Los más adelante citados trabajos de Loeper sobre sus efectos protectores ante la ateroesclerosis utilizaron esta molécula. Pero se divulgó con una idea tendenciosa, se definió como silicio orgánico y por lo tanto “natural”, aunque lo único que tiene de orgánico es que su molécula sintética forma parte de la Química Orgánica, la del carbono, igual que la aspirina y miles de fármacos. Aún con su eficacia e inocuidad, no es natural ni puede ser considerado como alimento. Estos errores y falsedades de Le Ribault, a pesar del mérito de haber divulgado al gran público el esencial papel del silicio y de haber beneficiado a miles de pacientes, fueron aprovechados para crucificarlo. Los primeros cargos civiles se convirtieron en penales. Quizás confió en que su excepcional trayectoria como forense, lo haría impune.

Entre 1972 y 1978, la investigadora de EEUU, Edith Carlisle publicó una serie de trabajos en pollos con dietas carentes de calcio, demostrando que el silicio era un elemento esencial para animales superiores. Utilizaba pollos por su rapidez de desarrollo y osificación, que en las dietas casi carentes de este elemento (solo contenían 1 ppm.) mostraban severas malformaciones (todo esto quedará más claro cuando se hable al final de las transmutaciones biológicas). Desde entonces su importancia en nutrición y fisiología humana se ha estudiado más seriamente, y todas las investigaciones sugieren que es esencial para el ser humano. Su función básica reside en tejido conjuntivo en donde juega un importante papel tanto metabólico como estructural y en el crecimiento y desarrollo del hueso y cartílago. En el hueso, el silicio se localiza en las áreas de neoformación, donde promueve el crecimiento y acelera la mineralización. Un papel insospechado es como preventivo de la arteroesclerosis (la forma más común de arterioesclerosis). Se relaciona la escasez de silicio, contenido principalmente en la fibra vegetal y en el agua de bebida, con el incremento de enfermedades cardiovasculares, ya que la pared arterial en sujetos sanos, contiene una proporción excepcionalmente alta de este elemento.

Sin embargo mucho antes que Carlisle, una serie de investigadores franceses, aparte de Duffaut y Le Ribault, y dentro del ámbito universitario, como Monceaux, Charnot, Loeper, Schwartz, ya habían publicado varios trabajos sobre la esencialidad de este elemento, pero al parecer tenía que ser EEUU, el que diera el espaldarazo. Más tarde en la obra “Nutritional Biochemistry and Metabolism with clinical applications”, de María Linder, 1985, traducido al español como “Nutrición, aspectos bioquímicos, metabólicos y clínicos”, y utilizada como libro fundamental en especialidades universitarias, ya se destaca la esencialidad de este elemento.

Llama la atención, que ante la abrumadora profusión de trabajos sobre colesteroles, lipoproteínas, triglicéridos, ácidos grasos y otros lípidos, etc., relacionados con el mismo problema, y que indudablemente tienen una importancia de primer orden, no se profundice, como un factor más a tener en cuenta, en la acción protectora del silicio, una posibilidad mucho más económica. Es posible que la abundancia y ubicuidad de este elemento, que compone el 28 % de la corteza terrestre hagan pensar que los animales y el hombre no tengan problemas para conseguirlo, y por ello no se tiene en cuenta en las recomendaciones nutritivas.

El cuerpo humano, puede contener hasta 8 gramos de silicio, o sea más que el hierro. Determinaciones analíticas en distintos órganos y tejidos, muestran altos contenidos en la piel y sus faneras: pelo y uñas, y también en aorta, tráquea, tendones, en general tejido conjuntivo, elementos que requieren resistencia mecánica, así como en la epífisis de la cabeza de fémur, por razones obvias. Pero también se halla en alta concentración en órganos y glándulas que no requieren esa resistencia: timo, suprarrenales, páncreas, bazo, en donde juega un papel distinto, relacionado con los sistemas inmune y endocrino.

En el tejido conjuntivo, su papel es de primera magnitud, ya que al formar parte este tejido afecta a todo el organismo. A nivel estructural, forma parte de las complejas proteínas interlazan con el colágeno y contribuyen a la integridad estructural del tejido. A nivel funcional, el silicio desempeña un importante papel en la síntesis de colágeno, la matriz proteica encontrada en tejido conectivo y cartílago, promueve la síntesis de prolina e hidroxiprolina, principales aminoácidos implicados en la síntesis de colágeno.

En su acción de refuerzo del tejido conjuntivo, juega un papel primordial en el mantenimiento de las paredes arteriales. Su escasez aumenta la permeabilidad de la pared arterial, favoreciendo la infiltración de lípidos y de sales de calcio, siendo una causa importante de la ateroesclerosis. Ello apoya los estudios epidemiológicos de Schwartz en Finlandia en donde poblaciones con dietas semejantes, pero con contenido de silicio bajo en el agua de bebida, tenían el doble de enfermedades cardiovasculares, que las poblaciones cuya agua de bebida tenía el doble de silicio, y la hipótesis de este mismo autor, que la acción preventiva de la fibra dietética sobre las enfermedades cardiovasculares, se deberá principalmente al alto contenido de silicio de esta fibra.

Los antiguos trabajos de Loeper en 1979, en la Universidad Pierre y Marie Curie de París, confirmaron experimentalmente en conejos con dietas aterogénicas, la relación inversa entre ateromas y el contenido de silicio de la pared vascular. Los resultados fueron claros, el 88% de los conejos con dieta aterogénica que no recibieron silicio, desarrollaron ateromas, mientras que lo hicieron sólo el 30% de los conejos suplementados en silicio mediante un derivado del monometilsilanotriol.

Este autor, en autopsias, constató el nivel inesperadamente alto de silicio encontrado en la pared arterial, la túnica íntima, en la aorta sana, así como su evidente disminución en arterias con ateromas. En otro aspecto metabólico, el silicio puede ayudar a los ácidos biliares a favorecer la eliminación de los productos finales del catabolismo del colesterol. Ello explicaría en parte la acción hipocolesterinémica del silicio, que se ha comprobado también en estudios realizados con ratas, donde se ha visto una clara reducción, hasta un 29 %, en las concentraciones de LDL, el colesterol malo. Es probable que haya más de un mecanismo implicado en los efectos beneficiosos del silicio frente a la ateroesclerosis. Sin embargo es una acción que apenas se ha investigado. Para esto ya estaban las “estatinas”, unos fármacos que ahora ya se consideran genéricos, pero que en su tiempo fueron una costosa “solución” para el problema del colesterol.

Otro importante papel también relacionado con el tejido conjuntivo y colágeno, es en los huesos, en los que el silicio interviene en su formación. El hueso es el único material flexible formado por cristales de apatita (mineral de calcio y fósforo) embebido en una matriz proteica que contiene colágeno y glicosaminoglicanos. El silicio parece jugar un papel muy importante en las primeras etapas de desarrollo del hueso mientras se construye la matriz proteica. También parece que aumenta la velocidad de mineralización del hueso y mejora la deposición de calcio en el mismo, lo que tiene como consecuencia que el hueso crezca más deprisa y más fuerte. Está demostrada la función del silicio en la calcificación (sin relación con la vitamina D).

Una función del silicio y de la cual se ha estudiado poco hasta hace pocos años es su relación con el sistema inmunitario. Resulta significativo que el timo y el bazo, órganos que no requieren resistencia mecánica y tan relacionados con el sistema inmune, contengan los porcentajes más altos de silicio en el cuerpo humano. Se sugiere que el silicio juega un papel importante en la función inmune afectando a la proliferación linfocítica, parece que regula la función inmune a través de la arginina. La interacción entre el silicio y la arginina afecta a la función inmune y una deficiencia en silicio debilita la proliferación de linfocitos del bazo en respuesta a un posible agente infeccioso. Además, su acción bloqueante de algunos radicales libres, favorecería la actividad del sistema inmune.

Otro aspecto desdeñado, es en el embarazo. El contenido de silicio del feto, es el más alto del hombre en su desarrollo. Obviamente, es la madre quien lo proporciona, de los alimentos que toma o de sus propias reservas. Se ha estudiado mucho la demanda de calcio y fósforo por el feto (300 mgs. y 130 mgs. en las últimas semanas) y se recomiendan dietas ricas en estos elementos con la suficiente vitamina D, pero no se dice nada sobre el silicio, pues si este elemento no está en cantidad suficiente, el calcio no se puede fijar. El feto no debe tener problemas de silicio, ya que lo toma de la madre y si no está en cantidad suficiente su la dieta, estraga sus reservas, y es ella la que sufre las consecuencias, con posibles secuelas para el futuro. Es posible que la costumbre de comer tierra, “Lotofagia“, como pastelillos de tierras especiales, con harina y azúcar o miel, por las embarazadas de algunos pueblos que calificamos primitivos, se deba a la necesidad de silicio, obrando por instinto (véase una vez más el efecto Kervran), o por una tradición centenaria que avala el resultado. Esta costumbre ha sido muy combatida, por la posible ingesta de parásitos.

Las dietas habituales de los niños, poco amantes de verduras, al tratarse básicamente de alimentos refinados, son pobres en silicio. Una dieta adecuada de silicio en esta época resulta especialmente importante para el correcto desarrollo de huesos, tejido conjuntivo, dientes, etc. Aparte de esta función plástica parece que también ejerce una acción positiva en la hipófisis, a través de las glándulas suprarrenales.
Hueso sano y afectado por osteoporosis. La transmutación del silicio en calcio y su posterior asimilación, jugarían un papel clave.

Hueso sano y afectado por osteoporosis. La transmutación del silicio en calcio y su posterior asimilación, jugarían un papel clave. En la vejez, hay una disminución de silicio en la piel.

Con la vejez, los niveles de silicio disminuyen en el cuerpo. Este hecho puede contribuir a muchos factores de envejecimiento, incluyendo pérdida de masa ósea y enfermedades cardiovasculares. La disminución del contenido de silicio en algunos tejidos como la piel, con la edad, es un hecho. En la aorta también ha sido comprobado en animales y en el hombre, lo que facilitaría el desarrollo de la ateroesclerosis. La diabetes senil, podría tener como una causa la disminución del contenido de silicio en el páncreas, afectando a la segregación de insulina. Es probable que una deficiencia en silicio (aparte de problemas hormonales) puede ser causa de osteoporosis, el importante papel del silicio en la fijación del calcio, hace pensar en ello. En estudios epidemiológicos, se ha visto que algunas etnias africanas, con una ingesta mínima de calcio (con dietas que incluyen entre 200 y 450 mgs. de calcio diarios), pero ricas en elementos fibrosos y granos como el mijo, muy ricos en silicio, no conocen la osteoporosis. En 1993, se realizaron unos estudios en el Centro Hospitalario de Toulon, en Francia en mujeres postmenopáusicas con osteoporosis en los que se vio como la suplementación en silicio incrementaba de forma significativa la densidad del fémur. En el Instituto de investigación biomédica Inserm (Francia), se estudió el efecto que tenía la suplementación de silicio en ratas ovariectomizadas para evitar la resorción ósea. Se pudo comprobar que no sólo disminuye la pérdida de masa ósea sino que además se aumenta la formación de la misma hasta un 30% comparado con el testigo.

Estudios recientes demuestran que el silicio proporciona un efecto protector frente a elevados niveles de aluminio en agua de bebida asociada con desórdenes cognitivos en la senescencia, como el Alzheimer. Su alto contenido, junto al del aluminio en las placas gliales de los cerebros de los afectados, hace suponer una acción bloqueante del aluminio. El alto coste social de esa enfermedad ha reavivado el interés por el silicio como preventivo, aunque el aluminio solo sea un factor más.

En relación con el cáncer, es obvio que el silicio no puede hacer milagros, pero algunos autores le asignan un papel protector, o incluso retardante frente a la invasión neoplásica, reforzando el tejido conjuntivo intercelular, impidiendo o dificultando la extensión de la formación neoplásica, y facilitando su extirpación. Como preventivo, estabilizando el ADN, en el que se encuentran unos pocos átomos de silicio, sustituyendo al fósforo, y evitando mutaciones malignas. Como ya hemos citado, por su acción inmunoestimulante. En enfermos tratados con radio o quimioterapia, podría tener una acción protectora a sus efectos secundarios, caída de cabello, y alteraciones cutáneas, inmunodepresión etc.. Incluso como analgésico frente al dolor. Como hecho llamativo, conocemos un caso terminal de una mujer con cáncer de huesos que debía ser tratada con opiáceos. Con un aporte de silicio, se pudieron suprimir. Falleció sin necesidad de estos opiáceos. Es razonable que respecto al SIDA, puede representar un elemento protector en los enfermos tratados con retrovirales. (mi opinión sobre tal enfermedad, será expuesta en breve).

En alarmante incremento de melanomas extremadamente malignos en las últimas décadas, es un hecho preocupante. Se culpa a la disminución de la capa de ozono, con el abuso de la exposición solar para morenarse, etc, lo cual indudablemente, son factores de primer orden, y hasta ahora no han empezado a divulgarse consejos y precauciones. Sin olvidar estas medidas, es posible que un cutis con un nivel correcto de silicio evite o dificulte mutaciones malignas, o las aborte antes de que se extiendan. No se ha contemplado la deficiencia generalizada de silicio en nuestro entorno, como otro factor a tener en cuenta en el incremento de melanomas. Todo ello es una mera suposición, pero no carente de lógica. Un estudio analítico del contenido en silicio de la piel entre personas con y sin melanomas nos podría aportar una información útil.

Las necesidades diarias de silicio no se han estimado por ningún organismo oficial, como la OMS, como están claramente recomendadas para los otros minerales, calcio, fósforo, magnesio, azufre, zinc….. Como es tan abundante en la corteza terrestre, se considera que en la alimentación normal hay más que suficiente. Es una verdad a medias, ya que la mayor parte del que se encuentra en los alimentos, se halla en una forma insoluble, inasimilable. Según algunos autores, solo se asimilaría el 3 % del silicio que tomamos en la dieta. Según algunas publicaciones, no oficiales, las necesidades diarias, RDA, (Recomended Dietary Allovance) de silicio asimilable parece que están entre los 20 y 40 miligramos. Es probable que en los países desarrollados, por las siguientes razones, muchas personas estén ingiriendo niveles insuficientes para una salud correcta.

1º) El hombre está condicionado genéticamente desde miles de años, a dietas que tienen como mínimo diez veces más de silicio que las actuales.

2ª) El cultivo intensivo de vegetales, granos, legumbres con abonos sintéticos, plaguicidas y herbicidas, etc., ha reducido considerablemente la flora microbiana del humus que se encarga de solubilizar el silicio de los silicatos del suelo, para las plantas. Este es un hecho preocupante y reconocido por todos los agrónomos. Las plantas de los cultivos actuales tienen menos silicio. Por ello sus cutículas son más débiles y vulnerables a las plagas. Los tratamientos con plaguicidas para acabar con ellas, perjudican más a la flora del humus. Una espiral nefasta.

3°) El silicio se encuentra principalmente en las partes fibrosas, que hoy en día, por el refino de las harinas, se consumen en pequeña cantidad. Además, la poca fibra que se toma tiene menos silicio que la del pasado.

4°) Los actuales hábitos alimentarios, propician un medio intestinal pobre en gérmenes favorables, como son ciertas bacterias lácticas, que activan la despolimerización y solubilización del silicio.

5º) Los tratamientos de las aguas urbanas con sales de aluminio, eliminan el silicio originario que pueden contener.

Estas circunstancias hacen que frecuentemente se tome menos silicio del necesario, lo cual puede provocar carencias marginales que llevan a un debilitamiento de los tejidos que lo requieren: tejido conjuntivo, en tendones y huesos, piel, pelos y uñas, arterias y glándulas. Ello es difícil de diagnosticar, ya estos síntomas se solapan con otros factores, hormonales, falta de ejercicio físico, infecciosos, incluso psicológicos a los que se les hace responsables de estos trastornos. Una suplementación de silicio ha evidenciado rápidamente mejoras dramáticas de dolores relacionados con el tejido conjuntivo periarticular, como las artrosis debidas a la degeneración de este tejido, lo que hace suponer que estas personas tenían una carencia marginal de este elemento. Aunque su acción es más lenta que los fármacos antiinflamatorios, puede tardar más de 15 días o más a partir de su ingesta, es un efecto muy fácilmente evidenciable, y además corrector. Ello explica el aluvión de llamadas que recibió Le Ribault al publicarse el artículo de Graille.

Otra acción llamativa y comprobada del silicio, es la rápida recuperación de lesiones deportivas, tendinitis, esguinces, rotura de fibras musculares, cartílagos, etc. Aceleración de la consolidación de fracturas. En los jugadores de tenis, el llamado “codo de tenista” es una lesión aparentemente tonta, que impide jugar y en muchos casos requiere cirugía, y que se puede evitar e incluso corregir con una dieta abundante en silicio. En los futbolistas, pérdidas de muchos partidos por lesiones nimias. Cuando afectan a primeras figuras, lamentos de la afición.

COMO CORREGIR NUESTRO NIVEL DE SILICIO.

Es muy difícil conocer si es correcto través de un analisis de sangre. Ante todo, los actuales instrumentos analíticos no están preparados para ello, y el nivel de silicemia es bastante constante, por lo que no es indicativo. Normalmente por el consiguiente mecanismo homeostático, ésta se mantiene relativamente constante, unas 0,5 ppm. en plasma. Sin embargo algunos indicios pueden orientar. La carencia se puede detectar en las uñas y faneras, muy ricas en este elemento. Uñas quebradizas, blandas o frágiles, pueden indicar una deficiencia grave en silicio aunque no siempre es así. El análisis de éstas es otra posibilidad. Las cenizas de las uñas normales dan del 19-20% de silicio. El examen de las uñas con luz ultravioleta que las hace fluorescentes, puede ser un método sencillo, pero requiera práctica. Muchas artritis y artrosis pueden indicar una deficiencia corregible.

Ante todo lo más correcto es ingerir el suficiente silicio con la alimentación, pero el alto contenido de silicio de algunos alimentos no garantiza su asimilación. El silicio forma compuestos muy estables que pueden ser enormemente complejos y lo que hace que en condiciones normales sean prácticamente insolubles y por tanto no absorbibles. La única forma soluble es el ácido silícico (Si(OH)4), siendo estable cuando se encuentra en concentraciones muy bajas, como en las aguas de bebida (aquí en la famosa agua de Vichy Catalán). Por ello, la importancia biológica del silicio está completamente ligada a su hidrosolubilidad (es decir su solubilidad en agua). El silicio se halla fundamentalmente en las partes externas de los vegetales, cubiertas de cereales, piel de frutas y en las hojas. Las legumbres, lo contienen en algo menor proporción que los citados anteriormente. Sin embargo, el silicio procedente de vegetales parece ser bastante poco disponible, en los vegetales secos, como los cereales, se halla como diminutas partículas de ópalo (un mineral silicato), llamadas fitolitos. La mayor parte, se excreta con las heces. Para algunos autores, se estima que solo se absorbe alrededor del 3 % del silicio ingerido en dietas de origen cereal ricas de en fibras, aunque es probable que en sujetos con una flora intestinal eutrófica que degrade los fitolitos más susceptibles, puede ser bastante más. Sin embargo el de las verduras tiernas está en forma de complejos solubles que en el estomago liberan ácido silícico y su disponibilidad supera el 50 %.

La poca importancia que se ha dado al silicio, sumada a su engorroso método analítico, no ha estimulado su determinación en los alimentos, por lo que hay pocos datos analíticos fiables sobre su contenido, muy variable dependiendo del origen y de las condiciones de cultivo. En 2005 el British Journal of Nutrition, publicó una tabla con los datos de 207 alimentos consumidos en Gran Bretaña, en cuya confección intervinieron varios centros con muchas muestras de diversos orígenes de las que se indica el promedio. Destacamos de ella los alimentos con un contenido más significativo, en mgs. por 100 gramos de producto. Los autores advierten que encontraron contenidos de silicio bastante variables según la procedencia de las muestras, y las cifras indicadas son promedios.

El salvado de avena, 23,36 mgs. en 100 gramos. Porridge de avena seco, 11,39 mgs. Salvado de trigo 10,98 mgs., aunque cita otros datos publicados que dieron 67 y 26 mgs., Lentejas hervidas, es la legumbre más rica, 4,42 mgs. Judías tiernas, 8,73, aunque cita otros datos 10 y 43,9 mgs. Dátiles, 16,61 mgs. Banana, 4,77 mgs. Anana pelado, 3,93 mgs. Espinacas 5,12 mgs. Otro aporte importante es la cerveza, que entre sus distintas variedades contiene de 2,07 a 2,84 mgs, por 100 gramos. En el proceso de germinación de la cebada, una parte importante del silicio de su cubierta, se solubiliza y es asimilable. Conociendo el promedio de cerveza bebido por los ingleses, ésta les aporta 6 mgs. diarios. No hay ninguna razón para suponer que la cerveza sin alcohol tenga menos. Con respecto al vino, el rosado es el más rico 2,31 mgs. El tinto y el blanco, menos de la mitad.

Llama la atención el salvado de avena, que aunque con 23,36 mgs. va en cabeza, en otras publicaciones más antiguas, se citan cifras diez o veinte veces más altas. Algunas plantas, no incluidas en esta relación, como el mastuerzo, en catalán morritort, en euskara beatze, y en inglés cress, contienen un altisimo nivel, pero su sabor picante dificulta su ingesta en la cantidad necesaria. Lo mismo ocurre con la alfalfa, también muy rica. Entre las verduras, lo más práctico serían las espinacas, su congelación no debe influir en su detrimento, y las judías tiernas, con las que se han hecho experiencias de asimilación, comprobando que su silicio se absorbe muy rápidamente. Los alimentos de origen animal, apenas aportan nada. Pero para muchas personas, aun con estos alimentos, es difícil llegar a la RDA recomendada de 30 mgs.

Ante esta dificultad, por parte de sujetos de los grupos más vulnerables, principalmente ancianos, de disponer de silicio necesario a través de una dieta equilibrada, ésta debería completarse con una suplementación dietética de silicio en forma fácilmente asimilable, o sea como ácido monosilícico soluble o ligado a nutrientes, como carbohidratos o lípidos que impidan su polimerización, la única forma absorbible y que como tal se halla en la sangre. La administración de silicatos inorgánicos y metasilicatos y trisilicato de magnesio no han dado resultados regulares ya que con la acidez gástrica precipitan como ácido silícico insoluble (de aquí su empleo como antiácidos).

La planta llamada Cola de Caballo, Equísetum Arvense, descendiente de los enormes bosques del Jurásico, contiene hasta el 3 % de silicio, que si la planta se recolecta joven y verde, está en su mayor parte en forma soluble asimilable, pero si es vieja se halla como, partículas abrasivas, por lo que se usaba como esmeril. Suponiendo un promedio de un 2 %, 2.000 mgs por 100 gramos y con una asimilación del 50 %, tres gramos nos aportarían 30 mgs. Contiene alcaloides: equisetina y palustrina y una saponina, equisetonina, a pesar de lo cual se considera tradicionalmente segura e inocua. Sus infusiones nos pueden facilitar el complemento de silicio necesario, y en el comercio se encuentran concentrados de esta planta con hasta 6 o 7 % de silicio, un gramo nos proporciona 60 o 70 mgs.

En España, un laboratorio patentó (Patente española 8800231) un preparado con un 5 % de silicio asimilable obtenido mediante un proceso fermentativo con bacterias similares a las del yogur, capaces de disolver y solubilizar las partículas de un sustrato de silicio mineral. Se basaba en la observación de acción corrosiva de los vertidos de lactosuero con esas bacterias, sobre el pavimento de cerámica, gres o sea silicatos, de las queserías. Se denegó su registro sanitario como complemento alimentario con el pretexto absurdo; “el silicio no consta como complemento en la lista minerales de la UE”. Sin embargo este producto, dio resultados espectaculares en caballos de carreras, animales atletas sometidos a grandes esfuerzos, y con frecuentes lesiones, lo cual es extraño, ya que la dieta de los caballos, grano y forraje, es de por sí rica en silicio y en teoría no debían presentar carencias, pero las tendrían.

En España, aparte de la mencionada cola de caballo, y sus extractos, también se dispone de ácido silícico estabilizado, que se pueden encontrar en las tiendas de dietética. El G 5 de Le Ribault, se puede encontrar por Internet (ya no en su forma original monometilsilantriol por prohibición de la Unión Europea), a pesar de que los silanos (silicio ligado sintéticamente a carbono) no están en la lista de complementos autorizados. Para el que lo quiera de una forma más natural, podemos proporcionar una receta, aprovechando el alto contenido de silicio del salvado de avena, en un principio en forma poco disponible. Con este proceso podemos mejorar su disponibilidad. Está inspirada en la mencionada patente E 8800231.
PROCESO CASERO DE OBTENCIÓN DE SILICIO ORGÁNICO ASIMILABLE POR FERMENTACIÓN LÁCTEA (PATENTE E8800231).

Los pasos para la obtención del silicio son los siguientes (se trata de una exclusiva):

A partir de 100 gramos de salvado de avena micronizado, o sea en partículas muy finas, se deslíen en 500 ml de leche ( entera, o desnatada ) y la mezcla se lleva a ebullición, agitándola suavemente para que no se agarre.
Se deja hervir un par de minutos y se deja enfriar. Queda como una papilla clara.
Cuando está a unos 45º C, se le vierte el contenido de un yogur natural bien reciente, (125 grs) y se homogeniza, para que el yogur se distribuya regularmente.
La mezcla se distribuye en una yogurtera, y se deja fermentar unas de 5 a 6 horas. Si no se dispone de yogurtera, su puede poner en tarros al baño maría con agua a una temperatura entre 40 y 45º C. La temperatura óptima para el crecimiento de las bacterias del yogur, lactobacilos y estreptococos, es de 42-43º C.
Al cabo de este tiempo se pone en la nevera, y al día siguiente ya se puede tomar.

La ebullición previa es necesaria para eliminar los microorganismos de la avena, que aunque inocuos, pueden interferir en la fermentación del yogur y solubilizar e hidratar algunos elementos. Las enzimas segregadas por esas bacterias durante la fermentación, pueden ayudar a solubilizar, hidrolizando a algunas partículas más finas de los aglomerados de compuestos insolubles de silicio, liberando ácido silícico asimilable ligado en forma monómera a la lactosa, que impide su polimerización como forma insoluble. El producto resultante es una pasta viscosa de sabor no precisamente exquisito, pero bastante aceptable, y que se puede mejorar edulcorando.

La fermentación con la actividad bacteriana es lo importante, por ello una simple mezcla del salvado con yogur, no aporta ventaja alguna.
UNA PRIMERA CONCLUSIÓN.

Aunque una minoría de los científicos informados, admiten este papel fundamental del silicio, para la mayoría de profesionales de la salud, sigue siendo desconocido. Aparte del interés de la gran industria farmacéutica de que no se divulgue la bondad de un producto barato, fácil de producir y de imitar, difícilmente patentable, que competiría con fármacos caros en los que se han hecho inversiones millonarias, a los gobiernos no les interesan los programas de excesiva prolongación de la vida, para no tener que pagar pensiones hasta los 90 o más años, sin considerar, incluso con un aséptico cálculo económico, que pueden ser más baratos nonagenarios sanos, que octogenarios enfermos. El gran mérito de Le Ribault, no tomando en cuenta sus errores y falsedades, es que consiguió en Francia, llamar la atención sobre la importancia dietética del silicio, y sus desventuras, el affaire Le Ribault, con amplia difusión en los medios de comunicación, impactaron un Francia, pero parece que no en otros países. Desde entonces han transcurrido 15 años, y el Silicio sigue en interesada ignorancia y expreso silencio.
RUDOLF STEINER, LAS TRANSMUTACIONES Y LAS “PSEUDOCIENCIAS”.

Pero hay otras razones más metafísicas, aunque discutibles, que destacan otras facetas del silicio.

Un aspecto sutil, además del nutricional, sería su actividad a un nivel dimensional superior. Según Rudolf Steiner, el creador de la Antroposofía, de la medicina y farmacología antroposófica y de la agricultura biodnámica, el silicio es el nexo de unión entre la dimensión física y la dimensión etérica, o cuerpo energético (ver mi entrada sobre el éter). Según Steiner, en cada célula existe una estructura vibratoria microcristalina, que articula este nexo. Lo dijo Steiner a principios del XX, y en su segunda mitad, con medios muy sofisticados, se han detectado gránulos de silicio en las mitocondrias, las centrales energéticas de las células, y en el centriolo, como un microcristal de cuarzo que regula sus movimientos.

Nota mía importante; lo cierto es que detrás de la sociedad Goetheanum, sede central de la sociedad antroposófica que defiende el legado de Steiner en Dornach Suiza, viven en impresionantes mansiones la más alta alcurnia suiza, y personas de mi más directo entorno me han confirmado que se tratan EXCLUSIVAMENTE en el hospital de Medicina Antroposófica del Goetheanum. Al mismo tiempo, hace poco me hacía eco de esta noticia, en la que los hijos de los altos ejecutivos de la Silicon Valley (es casualidad) llevaban a sus hijos a la escuela Waldorf, método pedagógico implementado por Rudolf Steiner, en donde… no se utilizan ordenadores!!. Este blog no va a descubrir que vivimos en una sociedad dual, de ricos y pobres, pero este hecho pone de manifiesto una evidente contradicción; ¿ Como puede ser que tratándose la medicina antroposófica según la ciencia oficial de superchería y pseudociencia, la practiquen las castas más elitistas?

La medicina y farmacología antroposóficas pueden parecer pseudociencias, pero mueven importantes laboratorios y centros clínicos. La agricultura biodinámica está muy extendida en EEUU y Australia. Uno de los preparados biodinámicos (en los que se basa este tipo de agricultura) más usados en agricultura biodinámica, es el llamado 501. Para confeccionarlo se llena un cuerno de vaca de una pasta de cuarzo (óxido de silicio), pulverizado y agua y se deja enterrado durante un verano. En otoño se diluye en un barril con agua agitando durante una hora en ambos sentidos. Luego se pulverizan los campos con esa agua. Así se atraen ciertas fuerzas cósmicas o etéricas que aumentan la fertilidad y mantienen los cultivos libres de plagas. A primera vista, lo del cuerno enterrado parece una ridícula práctica mágica medieval, pero cuando se utiliza en grandes explotaciones, que usan casi un centenar de cuernos, con un proceso más mecanizado, y otras lo imitan, se ve que funciona.

De nuevo nota importante mía; insisto, a pesar de lo surrealista de la explicación, el autor y yo afirmamos que SI funciona de manera espectacular por que lo hemos visto y comprobado con nuestros propios ojos. En este sentido, no deja de ser curioso y denunciable el funcionamiento de la ciencia, capaz de negar algo que se ve que funciona, por el mero hecho de que la explicación teórica (lo cual no deja de ser pura palabrería) no se ajusta al método científico, es decir, no es más importante que algo funcione, sino que la explicación en palabras este de acuerdo a unos parámetros, lo cual es algo tan absurdo como anticientífico.

Steiner confiere una enorme importancia al equilibrio entre el calcáreo y el silíceo, en la tierra, en las plantas y en los animales y humanos. El calcáreo está relacionado con los planetas inferiores y la Luna. Es un elemento materialista, ávido, y atrae las fuerzas terrenas mientras el silicio es desprendido, aristocrático y espiritual que atrae a las fuerzas cósmicas, y lo relaciona con los planetas exteriores. Ambos deben estar en equilibrio. En un cuerpo en el que preponderan las energías del calcio, domina el materialismo, y se requiere el silicio para que atraiga a las energías cósmicas que facilitan la espiritualidad. Quizás por esto, muchos de los habitantes del mundo desarrollado, faltos de silicio, tienden a materialistas, y quizás un correcto aporte de este elemento, favorecería una humanidad más espiritual y solidaria. Naturalmente, es polémico y discutible, pero es difícil de demostrar lo contrario.

Nota mía. Aquí diré que la antroposofía no esta de acuerdo en la división tradicional del conocimiento en especialidades como promulga la cultura occidental mayoritaria y positivista. Es lo que comúnmente se llama, visión holística, y que el autor del blog aconseja como la mejor para acercarse a la verdad, leitmotiv de este blog. Sin embargo, si los resultados por ejemplo de algo propio de la obra científica de Steiner como pueda ser las cristalizaciones sensibles en sales como el cloruro de cobre funcionan y la conciencia del operador efectivamente tiene un efecto cosa que SI OCURRE, y todo esto se encubre, se niega, se ignora o se vilipendia, como decía antes, entonces solo se puede usar una palabra para explicar tal hecho; la ocultación. Por tanto, otra cosa son los prejuicios de la ciencia positivista de que aquello que no debe existir no existe, por más que se haya demostrado por activa y por pasiva en miles de experimentos, lo cual, no deja de estar verificado por el principio fundamental en el que se basa la mecánica cuántica conocido como efecto observador).

(Gabarró entra ahora a hacer un resumen sobre las transmutaciones biológicas, su historia, y los trabajos de Louis Kervran que pueden leerse de manera más extensa en mis 3 entradas sobre alquímia científica (I), (II), (III). )

Otro aspecto “tabú” del silicio, es su posibilidad de transmutarse en calcio, y contribuir en corrección de sus deficiencias en casos en los que la administración de preparados de calcio es inoperante. El fenómeno de transmutaciones en organismos vivos, a pesar de numerosas e incluso antiguas evidencias experimentales de variaciones cuantitativas de elementos en sistemas cerrados, está todavía catalogado como pseudociencia, por lo que apartándonos un poco del tema silicio, creemos útil un resumen. (Recomiendo a todo el mundo que lea comparativa que hace este blog entre la visión oficial científica sobre el orígen de los elementos de la tabla periódica basada en la etoría de Chandrasekhar, versus la antroposófica que considera la transmutación un acto natural de la naturaleza, y juzgue por si mismo).

Los aumentos y disminuciones de elementos como el calcio, magnesio, potasio, silicio en “sistemas cerrados” en contra de la Ley de Lavoisier, ya fueron constatadas por otro gran químico un contemporáneo y compatriota, Nicolas Louis Vauquelin, que en 1799, publicó un trabajo sobre gallinas ponedoras alimentadas exclusivamente con avena, un cereal muy pobre en “cal” (entonces se consideraba como elemento calcio, su óxido, CaO, la cal), que entre huevos y excrementos excretaban como cuatro veces más “cal” que la ingerida. En 1822 el inglés Prout investigó el aumento del calcio en un huevo en incubación, sin posible intercambio con el exterior. Los investigadores posteriores se centraron en las variaciones elementos en sistemas aislados como semillas en germinación. Algunos poco conocidos como Chaubard, en 1831, Vogel en 1844, comprobada por Berzelius, que lo cita en su segunda edición de su Tratado de Química Mineral, de 1849, y que no formuló ninguna crítica; Lawes y Gilbert entre 1856 y 1873. Entre 1875 a 1883, una celebridad de indiscutible seriedad, Von Herzeele hizo muchísimas comprobaciones en la germinación de diversas semillas. Pero la ley de Lavoisier era intocable (y lo sigue siendo en reacciones químicas, pero no en los sistemas vivos) y las críticas se centraron en errores analíticos. Hasta 1932 en que se descubrió el neutrón, era difícil hallar posibles explicaciones teóricas.

No fue hasta la segunda mitad del XX, en que el francés Louis Kervran, ante una serie de casos de intoxicaciones mortales con monóxido de carbono, en ausencia de combustiones que pudieran generarlo, pero en presencia soldadura con arco eléctrico o con hierro al rojo, sospechó que el nitrógeno del aire se transmutaba en oxido de carbono, N2 > CO, N 14 + N14 > C12 + O 16. Así, apoyándose en los antiguos pero minuciosos trabajos de Von Herzeele inició una serie de experiencias, principalmente de germinación de semillas en sistemas cerrados, y con los medios analíticos ya muy precisos de la época, que demostraban indiscutiblemente importantes variaciones en el contenido de elementos como sodio, potasio, calcio, magnesio, silicio, hierro, manganeso…..en sistemas cerrados que imposibilitaban intercambios con el exterior. Kervran publicó una serie de trabajos que corroboraron la realidad de variaciones de elementos en sistemas vivos y el ministro Jacques Soustelle, en 1959, le encargó una costosa investigación sobre los balances hídricos y minerales en trabajadores de perforaciones petrolíferas en el Sáhara, (Hassi-Messaud) durante un período de 6 meses, en los que se demostró que el sodio disminuía y aumentaba el potasio y el magnesio. Una reacción endotérmica que consumía un promedio de 2000 K.cals diarias y que en Julio y Agosto llegaba a casi 4000, lo que mantenía el equilibrio térmico de cuerpo, con una insuficiente sudoración para evacuar el exceso de calorías, teniendo en cuenta una absorción de 4000 Kcals diarias del calor ambiental, además de las calculadas por la dieta.

El comportamiento inexplicable del magnesio, que indicaba una producción endógena de este elemento de hasta 200 mgs diarios, demandaba una verificación, que se hizo en Gara Djebilet, un inhóspito lugar al sur de Tinduf, en colaboración Armada Francesa. Durante ocho meses, un equipo voluntarios, fue sometido a duros ejercicios gimnásticos de gasto energético establecido, casi sin ropa, a temperaturas extremas y con dietas y excretas controladas en el laboratorio de la Armada en Toulon. En el período de temperaturas extremas, con máximas de 60ºC, el promedio diario de balance negativo magnesio fue de 652 mgs, y durante todo el período de 240 días 256 mgs, o sea un total 61,44 gramos, una cantidad inexplicable de acuerdo a los balances cuidadosamente controlados, y que de ser así, en solo un mes hubiera agotado todas las reservas, llevando a la muerte a los sujetos. Ello hace entender la importancia de la sal y su comercio en los pueblos del Sáhara (y origen de la palabra “salario”), indispensable para mantener una temperatura corporal correcta con una reducida sudoración, o sea menor necesidad de agua.

Se trataría de transmutaciones: sodio Na 23 + un protón H1 > magnesio Mg 24 y otra sodio Na 23 + oxígeno O16 > potasio K 39, en la que el hidrógeno y el oxígeno proceden del agua. Las conclusiones de estos trabajos, efectuados por organismos oficiales, admiten una anómala generación de magnesio y potasio en personas sometidas a estas condiciones, pero por temor a una crítica académica, se resisten a aceptar que el fenómeno se debe a una transmutación del sodio en magnesio y potasio.

En estos casos se trata de investigaciones con objetivos sanitarios que han requerido importante financiación, pero en cualquier modesto laboratorio se pueden hacer ensayos muy económicos para comprobar la desaparición de elementos y aumento de otros. La germinación de semillas de avena, muy rica en silicio, además del potasio en un medio sin calcio muestra un aumento de hasta 5 veces en el contenido total de Ca, y con unos medios analíticos muy simples. Se trataría de las transmutaciones silicio Si 28 + carbono C12 > calcio Ca 40 y potasio K 39 + hidrógeno H1 > calcio Ca 40. Se han hecho cientos de comprobaciones por docenas de investigadores con resultados que sugieren transmutaciones, pero oficialmente no se acepta. Otro sencillo experimento es introducir peces de agua dulce en agua con cloruro sódico: su potasio aumenta espectacularmente en pocas horas. En Japón el Dr. Hisatoki Komaki, hizo cientos de experiencias con bacterias, en transmutaciones sodio-potasio.

Una de las pegas principales que impiden justificar el fenómeno como una transmutación, es que las sumas o diferencias en los pesos atómicos no coinciden exactamente. Los pesos atómicos de los elementos no son números enteros. El del hidrógeno es exactamente 1,00797. Suponiendo la transmutación citada y redondeando los pesos atómicos a tres decimales, tenemos K 39,102 + H 1,008 > Ca 40,080 + ¿0,030?. Sobra 0.030 que al no aparecer como materia, debería disiparse como energía, pero es una cantidad fabulosa. La formación transmutativa de los 4 gramos de calcio de la cáscara de un huevo de una gallina alimentada con avena, representa un excedente de 3 mgs de materia. Parece muy poco, pero según la equivalencia einsteiniana, equivale a 3 x 10 elevado a 18, ergios, unos 65 millones de K.calorías, una verdadera bomba. Un importante físico oficialista del CNRS Olivier Costa de Beauregard, muy interesado en las teorías de Kervran, ha buscado mecanismos para explicarlo. Los escurridizos neutrinos, podrían ser uno. Posteriormente, la concesión del Nobel a los físicos Glashow, Weinberg y Salman, que con su teoría Electromagnética Débil, permite las “corrientes neutras”, da una base para explicar el aparente anómalo balance energético de estas transmutaciones. Otra objeción es como los protones traspasan la “ barrera de Coulomb”.

Otra nota importante. En mi opinión, Gabarró aquí peca de oficialista, ya que se trataría simplemente de una situación de no equilibrio termodinámico típica de la vida por otra parte, que permitiría la manifestación de la implosiva energía de punto cero, éter o energía escalar, la responsable de la transmutación, lo cual es imposible para la ciencia oficial porque parte de la falacia de la inexistencia del éter, lo cual nos lleva a un universo completamente vacío de energía (ver mi anterior artículo). Mentiras supinas como esta hacen que el pez se muerda la cola, y partir de aquí, la física recurre a complejísimos modelos matemáticos que la única cosa que hacen es añadir más y más confusión. Como quedó claro en mi anterior blog, la vida sigue poniendo en jaque contínua el segundo principio, que como ya se ha dicho, solo aplica a un sistema cerrado y en equilibrio termodinámico perfecto, un sistema por otra parte, inexistente en la naturaleza. En palabras de Ylia Prigogine, a quien dediqué esta entrada, la vida pone continuamente en jaque esta segunda ley, apareciendo con ella fenómenos espontáneos de reorganización, siendo los biones descubiertos por Reich el mejor ejemplo;

“El segundo principio de la termodinámica permite prever la evolución del sistema hacia un estado estacionario. No obstante, a partir de cierta distancia del equilibrio, de cierta intensidad de los procesos disipativos, el segundo principio ya no sirve para garantizar la estabilidad de este estado estacionario. Al contrario, podemos definir para ciertos sistemas un «umbral», una distancia crítica respecto al equilibrio, a partir de la cual el sistema se hace inestable. Lo que entonces surge es un proceso de auto-organización.”

Se han concedido patentes que utilizan transmutaciones para el enriquecimiento de minerales ferruginosos en manganeso, por medio de la actividad de determinadas bacterias del género Pseudomonas, utilizando la reacción hierro Fe 56 – protón H 1 > manganeso Mn 55. En la germinación de semillas ocurre lo contrario, el manganeso se transmuta en hierro. También se están ensayando bacterias para desactivar los residuos radiactivos de las centrales nucleares por transmutación a isótopos estables, pero a pesar de ello, todavía no son aceptadas por la ciencia académica.

La calcificación dietética por el silicio asimilable procedente de las plantas del género Equisetum, Cola de Caballo es una práctica muy antigua y sorprendentemente eficaz, teniendo en cuenta que esta planta no contiene apenas calcio, y hoy en día casi abandonada y sustituida por fármacos como el gluconato, incluso por vía parenteral. La vía dietética, leche y sus derivados, también representa un excelente aporte de calcio, pero en algunos casos poco disponible. La transmutación Silicio a Calcio, al liberarlo en una forma atómica, lo hace mucho más reactivo y asimilable.

El gran mérito de Louis Kervran, es haber divulgado a un público mucho más extenso que los círculos científicos, las transmutaciones de elementos en otros, tanto en sistemas biológicos, como en minerales a altas presiones, en lo que llamó “transmutaciones de baja energía” pero muchos autores, en su memoria llaman “ Efecto Kervran” .

Gabarró no aporta nombres de los estudios sobre el controvertido tema de las transmutaciones. Mi investigación particular ha dado con muchos de ellos, a favor y en contra. La cosa curiosa aquí es que a favor son en general llevados a cabo por organismos científicos militares, que por un lado no estan sujetos a la presión de las farmaceuticas, y por otro y hablando claro, les importa nada la implicación que puedan tener la realidad de las transmutaciones nucleares a baja energía, aunque esto signifique tener que reescribir todos los libros de bioquímica, mientras que en contra, se presentan organismos oficialistas. Si de honestidad se habla, entre científicos y militares, me quedo en esta caso concreto con los segundos. Cito como ejemplo a favor, este experimento (o este otro link el mismo) llevado a cabo por el ejército americano y por un tal Solomon Goldstein en 1978, y en contra, este otro llevado a cabo por Luigi Garlaschelli del departamento de química orgánica de la Universidad de Padova, y adelanto que sobre este tema, hablaré en un cuarto post sobre alquímia científica, más un quinto sobre la realidad de la fusión fría. Por otra parte cerrando los dos temas (transmutaciones y Steiner), Gabarró no menciona los trabajos del discípulo de Steiner Rudolf Hauschka, que con más y modernos aparatos de medida, demostró además que el sentido de las transmutaciones K –> Ca y Ca –> K seguían las fases de la luna, ascendente materialización y viceversa. Es imperativo nombrarlo aquí.

http://artursala.wordpress.com/2012/11/12/silicio-el-gran-elemento-silenciado-un-articulo-de-alberto-borras-gabarro/

 
 
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